12 DE MARZO DE 2011
BUENA TARDES AMIGAS Y AMIGO
Quiero agradecer la invitación a participar en este importante evento de los jóvenes de nuestro partido, el Revolucionario Institucional, sobre los derechos de la mujer.
A pesar de los avances registrados todavía existen políticas discriminatorias contra el sector femenino.
El problema de la discriminación es una de las principales barreras que las mujeres enfrentamos para que nuestros derechos sean efectivamente protegidos y garantizados.
Reconozco avances en los derechos de las mujeres, pero observo que, tanto en la ley como en la práctica, persisten diversas formas de discriminación que siguen siendo toleradas por la sociedad y los gobiernos en turno.
Esto acentúa las inequidades estructurales en el ámbito familiar, político y laboral.
Si me lo permiten, quiero hacer énfasis de la importancia que tiene la familia para lograr la igualdad de género en Chiapas y en México.
Existe aún un vínculo directo entre la desigualdad de las mujeres chiapanecas y mexicana en el ámbito de la familia y su limitada participación en la esfera política y en el ámbito laboral, especialmente los relativos a la igualdad en el ámbito de la familia.
La democratización de la familia es vital para que las mujeres chiapanecas puedan tener una inserción y participación igualitaria en la vida laboral y política del país.
Es importante abordar un cambio de paradigma en la relación entre el trabajo y la vida familiar como requisito para tener sociedades más igualitarias y economías más productivas.
Las tensiones entre trabajo y familia están generando, en todo el país, altos costos para las mujeres, para las personas que requieren de cuidados, y también para el crecimiento económico, el buen funcionamiento del mercado de trabajo y la productividad de las empresas.
Hoy las mujeres comparten con los hombres el tiempo de trabajo remunerado, pero no se ha generado un proceso de cambio similar en la redistribución de la carga de tareas domésticas.
Las tensiones entre vida laboral y familiar generan problemas de rendimiento, compromiso y estabilidad en los puestos de trabajo, detienen el progreso en materia de igualdad de género y afectan la calidad de vida de las personas y de su entorno.
Pensar que el cuidado y el trabajo en el hogar es un asunto que compete sólo a las mujeres ha impedido que mejore su calidad de vida, el cuidado humano también es una responsabilidad de los hombres.
Considero como vital la equidad en las oportunidades educativas, los beneficios sanitarios y la alfabetización.
Aunque sería simplista suponer que las mujeres empoderadas en la política le darán prioridad a las necesidades del grupo social que representan, a costa de otros proyectos de desarrollo, no hay duda de que su participación ayudará a reducir la brecha de género.
Aun en pleno siglo veintiuno, el número de mujeres pobres sobrepasa al de los hombres, al tiempo que las primeras reciben menos salario que los segundos por un mismo trabajo y representan dos tercios de los analfabetos del planeta.
No es posible que aún exista, en Chiapas y en todo el país, poco progreso en materia de salud reproductiva y es inaceptable los actuales niveles de mortalidad materna, cuando casi todas las enfermedades pueden prevenirse.
AMIGAS Y AMIGOS
Considero que lograr la igualdad de género y fortalecer el poder de las mujeres y niñas no es un objetivo por sí mismo, sino una clave para el desarrollo sostenible, el crecimiento económico, la paz y la seguridad familiar.
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