Tuxtla Gutiérrez, Chiapas.-“Hablamos de la distribución
equitativa del poder; hablamos de Democracia en el sentido profundo del
término, es decir, de amplia participación social. La equidad de género supone
abolir la discriminación entre ambos sexos y que no se privilegie al hombre en
ningún aspecto de la vida social. La equidad de género es y seguirá siendo una
aspiración posible para el fortalecimiento de la democracia”,
Se señaló en el primer tema “Género
y política electoral” del segundo “Diplomado: Mujeres y Liderazgo Político con
Perspectiva de Género” organizado por el organismo de las mujeres priistas
chiapanecas
Publicamos el resumen ejecutivo del primer tema “Género y política
electoral”.
La lucha por el derecho de las
mujeres a votar fue, sin duda, la primera gran lucha de las mujeres para ser
visibles. El derecho al sufragio es el que marcó el inicio de una nueva época
para la participación de las mujeres en la sociedad y en la política.
La lucha de las mujeres tiene gran
importancia y trascendencia, no sólo para el género femenino, sino para todos
los que estamos enamorados de la democracia; los que luchamos por un país en
donde el voto cuenta y se cuenta; a todos los que queremos un Chiapas próspero,
con leyes y mejores condiciones de vida.
Recordemos que el Legislativo
aprobó por decreto, el 17 de octubre de 1953, que la mujer mexicana era
ciudadana con plenitud de derechos políticos, con garantía legal de elegir con
su voto a sus gobernantes y con la posibilidad cierta de ser candidata para los
cargos de elección popular.
Para llegar a esa meta el camino
fue difícil y escabroso.
Yucatán y Chiapas fueron, durante
muchos años, los principales protagonistas de la lucha por el derecho del voto
de femenino.
Las yucatecas hicieron público un
revolucionario documento, a mediados de 1916. El documento distribuido en
varias ciudades de Yucatán convocaba a las mujeres a defender sus derechos de
igualdad al del hombre.
La rebeldía de las mujeres de la
Península tuvo sus logros con la iniciativa del presidente Lázaro Cárdenas del
Río, por reconocer este derecho desde 1938, y el reconocimiento del voto
municipal en 1947 con el presidente Miguel Alemán.
Pero fue Chiapas el estado que
logró los plenos derechos de voto de las mujeres el 11 de mayo de 1925.
Para obtener los mismos derechos
políticos que el hombre, las mujeres caminaron un largo sendero. Sólo su tesón y
perseverancia las hizo triunfar después de tantos años de buscar que la
democracia fuera verdadera, y, desde luego, sólo podría ser una democracia real
si la mujer tenía los mismos derechos políticos que el hombre.
Hablar de equidad de género es
hablar de derechos humanos, justicia social y democracia. Equidad de género es
un compromiso vital con la igualdad y la justicia social.
Es un gran espejo que nos ayuda a
visualizar la desigualdad y la injusticia, así se convierte en un vital
instrumento para transformar profundamente las estructuras sociales.
Hablamos de la distribución
equitativa del poder; hablamos de Democracia en el sentido profundo del
término, es decir, de amplia participación social.
La equidad de género supone abolir
la discriminación entre ambos sexos y que no se privilegie al hombre en ningún
aspecto de la vida social.
La equidad de género es y seguirá
siendo una aspiración posible para el fortalecimiento de la democracia. Ninguna
mujer, con trabajo político, no tiene duda de esto.
La igualdad de género en política
es una estrategia de acción afirmativa que permite medir el empoderamiento
político de las mujeres, nos referimos a la potenciación del rol de las mujeres
en la esfera pública con pleno ejercicio de sus derechos en el ámbito parlamentario
y político
El diplomado “MUJERES Y LIDERAZGO POLÍTICO CON PERSPECTIVA DE GÉNERO” tiene
como objetivo:
1.
Incentivar la participación de las mujeres, darles
capacitación política y dotarlas de las herramientas necesarias para que puedan
competir en condiciones de igualdad.
2.
Realizar acciones que tengan por objeto garantizar
los derechos, de todas y todos, y demostrar que las diferencias de género no
deberán ser motivo o causa de la desigualdad, exclusión o discriminación
política.
3.
Ser puntual en señalar que son los partidos
políticos responsables de asegurar la igualdad de oportunidades políticas y
electorales.
4.
Destacar que todos los partidos políticos deben tener
voluntad para que las mujeres militantes puedan ser candidatas en condiciones
justas y de igualdad.
5.
Las mujeres tienen la obligación de conocer sus
derechos.
6. El rol de
las mujeres en política es más difícil que el de los hombres por el simple
hecho de ser mujeres.
7. La existencia de una cultura
discriminatoria en el aparato público en los tres niveles de gobierno:
municipal, estatal y federal.
8. Los partidos políticos, los
sindicatos y organizaciones sociales impone resistencia al acceso y a la
participación de mujeres en los espacios de poder.
9. La frecuente desvalorización de las
capacidades y aportaciones de las mujeres en el ejercicio del poder político,
en la dirección empresarial y en las diferentes organizaciones sociales.
Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, junio del 2017.
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