sábado, 2 de septiembre de 2017

En el segundo diplomado del ONMPRI: Imagen pública (Media Training, discurso, debate y oratoria): ¿Cómo se forma una candidata?




Tuxtla Gutiérrez, Chiapas.-En las sesión del Segundo Diplomado del Organismo Nacional de Mujeres Priistas (ONMPRI) en Chiapas “Mujeres y liderazgo político con perspectiva de género”, se trató el tema de la imagen pública de una candidata y cuáles son las herramientas para formar una candidata.

Un resumen ejecutivo de : Imagen pública (Media Training, discurso, debate y oratoria): ¿Cómo se forma una candidata?

¿Cómo se logra el diseño de una imagen pública? Una respuesta sencilla: Se toma al personaje privado y se crear al personaje público para lograr posicionarla (o) a través de la imagen, discurso y acciones. La representación, figura, apariencia o semejanza de algo se conoce como imagen, este término, que procede del vocablo latino imago, también refiere a la representación visual de un objeto que se realiza a través de técnicas de la fotografía, la pintura, el diseño, etc. Público, por su parte, es un adjetivo que hace mención a aquello que es manifiesto o notorio, o que es visto o sabido por todos. Lo público también se asocia a lo perteneciente o relativo al pueblo.

Estas definiciones nos permiten comprender la noción de imagen pública, que señala la representación o figura de una persona o una entidad que realiza una sociedad. Esto quiere decir que la imagen pública se compone del conjunto de rasgos reconocidos por la comunidad.

La imagen pública se construye a partir de acciones y conductas que son advertidas por la población. Por eso su construcción está influida por los medios de comunicación masiva, ya que ellos son los encargados de transmitir lo dicho y hecho por una personalidad o una organización a la sociedad. Un medio de comunicación, por lo tanto, puede encargarse de mejorar o perjudicar la imagen pública de alguien.

Cabe destacar que la imagen pública puede variar de la imagen privada o íntima de una persona. Un cantante que suele aparecer en televisión hablando de sus obras de caridad puede tener una imagen pública positiva, ya que la gente recibirá información sobre su acción solidaria. Sin embargo, ese mismo cantante puede ser violento en el hogar y contratar empleados y tratarlos mal sin que la sociedad lo sepa.

Para muchos, lo que realmente debe interesarnos de los famosos es, a parte de su desempeño en el área que los ha consagrado, su comportamiento frente a las cámaras, los mensajes que dé en sus apariciones públicas y no exactamente lo que haga en su vida privada. De todas formas, esto tiende a un perder peso cuando salen a la luz acusaciones de actos violentos: es muy difícil respetar a una persona que en su tiempo libre comete crímenes.

Siempre tomará más tiempo y será más difícil reconstruir una imagen que construirla desde el origen: Este axioma se refiere al hecho de que es más fácil crear una reputación que limpiar una. Cambiar una imagen negativa a positiva, es un reto, ya que es difícil olvidar lo que en un principio causó una percepción negativa del sujeto.

 Lo que está comprobado es a mejor imagen, mayor poder de influencia. El tener una buena imagen trae consigo beneficios tales como: incremento de seguridad en sí mismo, aumento en el nivel de confianza transmitida, y lo más importante: credibilidad.

El concepto de imagen pública puede ser utilizado en dos escenarios posibles: imagen personal e imagen institucional. La intervención en imagen pública nos obliga a reparar en seis ámbitos fundamentales de expresividad: imagen física, imagen profesional, imagen verbal, imagen visual, imagen audiovisual e imagen ambiental.

La mayoría de las mujeres que buscan ser candidatas algún puesto de elección popular carecen de políticas de comunicación social que mantenga su imagen de forma atractiva para el mosaico político.

Es importante destacar lo siguiente: si no se hace un planteamiento claro de una política comunicacional, los problemas (de cualquier índole) crecerán como una bola de nieve y, conforme pasan los días, será difícil de contener. Es urgente y vital tener una estrategia mediática diseñada por una empresa o persona que tengan las herramientas necesarias para posesionar su imagen.

Una mujer que pretende meterse en las lides políticas debe diseña una amplia y clara estrategia política-mediática: análisis de contexto político, monitoreo permanente de los medios, pautas, construcción de discurso, manejo de crisis, desarrollo de políticas públicas, negociación, lobby político. Todo con un solo objetivo primordial: consolidar la imagen, discurso y lenguaje.

El uso racional e inteligente de los medios de comunicación es una herramienta fundamental para lograr expandir entre la población la imagen de la persona que pretenda ser candidata; es, sin lugar a duda, el primer escalón hacia un objetivo de difusión masiva.

Una buena estrategia mediática - moderna, ágil en sus contenidos y utilizando todas las herramientas de las nuevas tecnologías- logra en un corto plazo ventajas de posicionamiento político y de imagen que son irreversibles.

Todas (dos) los que queremos incursionar en la política nos preguntamos: ¿Que es Media Training (entrenamiento en medios)? Y ¿Por qué es útil? La respuesta no es tan complicada: Un Entrenamiento de Medios o Media Training es una capacitación enfocada al aprendizaje de técnicas y habilidades para poderse comunicar bien ante medios de comunicación y audiencias públicas. Toda persona que tenga exposición pública en nuestra sociedad debe estar capacitada para poder expresar bien sus conceptos e ideas ante audiencias externas.

El punto de un Entrenamiento de Medios es poder conocer bien los formatos y hábitos usuales de los diferentes medios de comunicación para poder comunicarse bien dentro de ellos, reduciendo el riesgo de que sean mal interpretados o que los mensajes comunicados no sean los que uno tenía intención de brindar.

Esta habilidad se vuelve particularmente importante cuando los temas tratados son relevantes para la imagen de la institución política o persona de empresas o partidos, por ejemplo, en un “manejo de crisis” por alguna situación real o percibida que puede afectar la percepción de esa entidad o individuo. Muchas veces, una palabra equivocada, una respuesta inadecuada o un mensaje no preciso puede generar enormes 
problemas, que pudieron haberse evitado fácilmente.

En el mundo actual, saber comunicar adecuadamente una o varias ideas resulta ser una necesidad, sobre todo si las personas que desean transmitir sus ideas lo hacen frente a los medios masivos de comunicación, o si los cargos que tienen (sean del sector público o privado) son de gran importancia para una población o sociedad en específico. Estar inmersos en la aldea global provoca que los detalles de tu comunicación se esparzan rápidamente, aún más si estos derivan en un error o en un escándalo.

La buena imagen pública y un buen entrenamiento de medios hacen, sin duda, una buena candidata. En nuestros días no basta con ser una mujer política mediática; el electorado cada vez desea saber más sobre el candidato, cuál es su pasado y cómo le ayudará a resolver sus problemas inmediatos.
                                             



Como electorado tenemos a los candidatos que queremos, pues para cualquier estrategia de comunicación que se utiliza en una campaña política lo primero es estudiar al electorado y definir qué público hay que conquistar.

Para hacer una buena candidata es necesario potenciar la esencia propia de la candidata (to) y del partido político para dejar satisfechas a las audiencias. Las estrategias se hacen en función de lo que la gente necesita, lo que quiere percibir. La investigación te dice qué quiere la gente y tú haces la estrategia pensando en eso.

Para ello se usan encuestas, grupos de enfoque y diferentes estudios de opinión, pero el objetivo siempre será el mismo: descubrir qué candidato es ideal para el electorado que irá a las urnas, y después intentar construir a ese candidato.

Los consultores coinciden en que armar una estrategia requiere de mucho más. Pero, además, dentro de la metodología se trabaja con los candidatos en cinco áreas: la psicológica, social, física, mediática y relacional. El objetivo es identificar quién es la persona detrás del candidato, tener un perfil que incluya sus ideales, costumbres, formación, habilidades, capacidades, debilidades; pero también conocer a profundidad con quién se relaciona: nexos familiares, amistades, pasado incómodo. “¡Hasta saber quiénes fueron sus exnovias!

Así que el análisis de quién es un candidato incluye también el cómo se ve y cuánto afectará en la percepción del electorado que sea de determinadas características físicas, que se vista de una manera o que sude cuando habla en público. La mayoría de la gente considera que es en esta parte del trabajo en dónde está lo frívolo del marketing político.

Qué perfil debe tener un aspirante: credibilidad, experiencia y honestidad.

¿Pero un buen político nace o se hace? Las dos cosas. Los candidatos pueden poseer una serie de cualidades innatas, pero necesitan modelarlas con técnicas y destrezas. Lo primero que debe hacer el candidato que quiere tener éxito es algo tan sencillo como escuchar su voz y verse en vídeo. Los candidatos deben romper con la autoimagen. Para bien o para mal, no son dueños de cómo les perciben los ciudadanos.


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